Éste fue un libro muy dificil de leer.
Lo acabo de terminar y todavía tengo un revoltijo en la cabeza. Arenas usa un estilo muy cubano, que es llevar todo a una hiper-metáfora-hiperbólica, como realismo mágico en esteroides. Lo comparo siempre con Lezama, aunque no tiene la calidad increible con las palabras que Lezama y es bastante más inclinado a la narrativa. Había leído "El Mundo Alucinante", que me gustó bastante. A diferencia de éste, "El Mundo..." es sobre hechos históricos, por lo cual es más una forma en código de contar una historia.
Éste libro es como descender en la locura y en la miseria. Puedo pensar en muy pocos libros que haya leído que te sumerjan en tal forma en lo que es una vida sin ninguna digna y que se desliza de la realidad. La historia es como un reflejo oscuro de Cien Años de Soledad. Cuenta la historia de una familia pobre en un pueblito de Cuba en épocas de Batista, que después vende su finca y se muda para Olguín para abrir una tiendita y pasa de pobre a miserable. La historia es narrada de forma muy compleja. Muchos eventos se contradicen y se salta en el tiempo y se repiten eventos con detalles diferentes y a diferentes puntos de vista. Mas que contarnos una historia específica, se nos trata de mostrar una realidad a como la ven personas con la mente distorsionada. Hay algunos momentos tiernos y chuscos que brillan por lo raro que son (como cuando Jacinta y Polo pelean en el almacen y de la nada Adolfina sale gritando de felicidad porque encontró sus tijeras o los contados --super contados --momentos en los que un miembro de la familia logra salir de su propia miseria para ayudar a otro) y hay algunos momentos cómicos con un humor muy Pedro Páramo, muy seco y oscuro (los comentarios indiferentes de Esther-muerta siempre me parecieron melancólicamente simpáticos). Pero esos momentos son sorpresivamente pocos. La familia, en general, se odia entre sí como ellos se odian a si mismos y el libro no hace el más mínimo esfuerzo en aliviar el horror que son sus vidas. La primera mitad del libro es menos dirigida en trama y es más como lentamente descender en círculos hasta la vida de estas personas. Una a una se nos presentan las hermanas con sus tragedias y su locura específica y poco a poco conocemos los eventos en la vida de esta familia. Es de los más agónico que he leído en mi vida. La segunda mitad, una vez que ya conocemos a la familia y entendemos lo irracional de sus acciones, nos presenta con algo más de detalles los últimos días del regimen del dictador Batista, la miseria de los pobres de sus regímenes y el avance violento de los rebeldes comunistas. Se nos presenta un regimen siendo destrozada poco a poco y los pobres no entienden nada de los rebeldes o sus ideas fuera de que todos se están matando entre ellos. La sección de "Versiones" que cuenta una misma historias en alrededor de 12 versiones diferentes y luego el capítulo presentado como una obra de teatro es quizás la parte de narrativa más concisa de toda la novela. Adolfina, la hermana solterona, decide salir de casa vestida como puta para buscar por toda Cuba a un hombre con el cual acostarse una sóla vez antes de morir mientras Fortunato trata de huir de casa para alzarse, sólo para que le digan que no porque no tiene arma y que le sugieran robarle una a un guardia. No arruinaré la historia pero sólo diré que no hay un final feliz. Este acercarse lentamente desde una visión a grandes rasgos a una visión muy íntima de la psicosis de los miembros de familia es muy efectiva y es una estrategia narrativa bastante interesante, con un efecto muy certero de casi enloquecer al lector.
La escritura de Arenas siempre ha tenido algo muy pos-moderno en ella. Su estilo de sobre-exceso de metáforas es muy cubano, y aunque no es tan bueno como Lezama, tiene momentos de muchísima poética en su prosa. Muchas veces es repetitivo, tanto porque repite las mismas imágenes y repite las mismas acciones. Esto hace más monótono y estresante la lectura, aunque probablemente sea el punto. Entre todo el horror realmente hay momentos de descripciones e imágenes muy, muy hermosas, aunque es dificil a veces apreciarlas.
Recomiendo éste libro a todo aquel que esté interesado en saber como se vivía en Cuba antes de Castro y a todo aquel interesado en el sufrimiento humano.
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