Estoy realmente dividido entre si darle a este número cuatro o cinco estrellas. Es un libro excelente y fue una gran experiencia pero creo que tendría que leerlo una vez más antes de ponerle cinco estrellas. Lo dejo en un cuatro 1/2 hipotético.
Este es un libro tan extraño y fascinante. Nabokov toma una premisa simple (pedofilia) y corre con ella hasta los extremos y los límites. Todo basado en EEUU, dando una imagen de, en palabras de otra persona, "la tranquilidad y pulcritud que esconden vicios y depravación". Primero tengo que mencionar la estructura, que fue lo que más me llamó la atención en un principio. La novela es escrita como una "memoir" por Humbert Humbert desde la carcel que más bien parece su versión paródica de una confesión. Está dividido en dos partes: la primera en mi primera lectura me pareció casi perfecta y la segunda sentí que se estancaba bastante en la mitad pero termina con un final fuerte. De nuevo, es un libro hecho para leerse varias veces, así que todas mis opiniones son dadas a cambiarse. Ambas partes empiezan con relatos por Humbert más bien abstractos de su vida o del estado general o sus recuerdos, la novela mantiene una fluidez casi conversacional en la que su narrador libremente reconoce que cambia cosas o se le olvidan. En ambas partes poco a poco va centrándose hasta un momento específico y mantiene una historia más bien impredescible. No tenía la más mínima idea de a dónde iba la novela mientras la leía. A ratos era desesperante, a ratos lo hacía aún mejor.
Ahora lo importante aquí: los personajes. Y sobre todo Humbert. Este es un libro que Es su narrador, un narrador que para el final de la novela, para bien o mal, conocemos ya como un amigo o un conocido incomodo. Las perversiones, justificaciones, idiosincracias y payasadas de Humbert son la novela más que la historia misma y creo que la genialidad de Nabokov fue no crear un personaje simple y guiado por su lujuria, sino un ser humano que casualmente actua como una caricatura. El libro está hecho para las interpretaciones diferentes. Humbert demuestra, una y otra vez, ser un ser humano asqueroso y horrible incapaz de cualquier tipo de simpatía. Esto desde el primer capítulo. Al mismo tiempo demuestra ser capaz de emociones sinceras y pasa humillaciones tales que uno no puede evitar compadecerlo o hasta simpatizar. Mi interpretación favorita es que al final Humbert logra ver, por fin, a Dolores como un ser humano y no su ideal y se da cuenta del daño que le causó. Pero eso es lo genial, Nabokov no se conforma con darnos un pervertido y ya, nos da la imagen completa de un ser humano que puede ser tanto aterrador como patético o divertido. Luego tenemos al resto de personajes, un montón de psicópatas mamando la teta del sueño americano con diferentes grados de humanidad pero siempre cercanos a la caricatura. Personalmente adoré a Charlotte Haze y Quint dio una de las mejores escenas de todo el libro. Pero claro está, estoy olvidando a alguien. Lo. Lee. Ta. Dolores Haze salta entre ser justo lo que Humbert cree o desea que sea y ser una persona que Humbert nunca podrá entender. Después de todos los clichés y copias que este libro inspiró, es fascinante para el lector encontrarse con una Lolita que es, simple y sencilla, una putilla pendeja de secundaria. Pero eso es lo chido, ¿es realmente ella un personaje estupido y poco profundo o simplemente Humbert nunca pudo ver más que eso? Lolita amaba a su madre y nunca es dominada completamente por Humbert, pero no deja de ser una niña berrichuda y sarcástica. Es un hecho que no es inocente, pero también es un hecho que no es, completamente, la "nymphet" que Humbert necesita ver. Al final de la novela, con ella y con todos los personajes, me quedé con la impresión de que vi pasar algo humano escondido debajo de todo el desmadre y la caricatura, pero nunca supe si estaba ahí o solo parecía así.
Simple y sencillamente un clásico. Es humor negro más negro que el alma de Nabokov misma con algo de la mejor escritura de personajes que he visto jamás. Algo tedioso a veces cuando la pedantería de Humbert se come a si misma o en los tramos más lentos, pero con más que suficientes pay-offs en términos de personajes y escenas. Estoy seguro que habían ideas filosóficas por ahí en algún lado pero tendré que volverlo a leer para entenderlas. Todo con lo que me quedo después de terminarlo son luces, estallidos, humor maniático, pasión que raya entre lo real y lo imaginado y un mundo donde no hay gente buena. The American Dream.
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